Todo comienza con un pensamiento… después se convierte en el sueño de obtener una beca local o incluso al extranjero. Creo que todos han escuchado historias increíbles de personas que son igual que ustedes; jóvenes, con ímpetu de superación y sueños.

Recuerdo en mi paso por el Colegio Americano de Guatemala en mi rol de College Counseling haber acompañado a muchos jóvenes a ver sus sueños hechos realidad. Hoy profesionales, hombres y mujeres de bien, colaborando en construir una mejor Guatemala.

Estos jóvenes se distinguían por poseer ciertas características en común. Ahora procedo a compartir los siguientes hallazgos que observé:

  • Habilidad general: eran jóvenes que sabían que contaban con una inteligencia suficiente para desarrollar aptitudes y habilidades si se lo proponían. Ellos y ellas lo podían hacer porque creían en sí mismos en su capacidad intelectual.
  • Fe: recuerdo que cuando llegaba el momento de llenar papelería para aplicar a una beca y proceder a enviarla o depositarla a donde correspondía les preguntaba: ¿Crees que lo vas a lograr? respondían: “Sí! Miss Cuyún lo puedo lograr. En la mayoría de los casos doy fe que lograron aquello en lo que habían creído.
  • Investigadores: se distinguían por estar sedientos de información, buscaban, preguntaban, se atrevían a asistir a ferias universitarias, a llevar recortes de periódico que encontraban con alguna idea llamativa y se asesoraban en consejería escolar de realizar paso a paso todo lo necesario para llenar los requisitos.
  • Apoyo de sus padres: estos jóvenes contaban con el aval de sus padres en el proceso de búsqueda a la superación personal; pese a que esto significaba dejar el país estaban dispuestos a tomar la oportunidad sin titubear. Eran fuertes de espíritu y de alma grande. Tenían sueños de que con ello lograrían también ayudar a sus familias en un futuro.
  • Humildad: me parecía fascinante observar la humildad de la búsqueda en la oportunidad, la disposición de aceptar lo que viniera, confiando en que aquello era lo que estaba predestinado para ellos.

Hoy quiero dedicar este artículo a esos jóvenes de quien aprendí tanto, que me dieron la oportunidad de vivenciar que los sueños juveniles, aunque a los ojos de algunos pueden ser imposibles, si se buscan diligentemente pueden lograrse. Sin darse cuenta, me inyectaron fe, admiración y respeto por haber alcanzado lo deseado y verlos hoy profesionales; bilingües, otros incluso trilingües. Por eso, invito a los jóvenes universitarios que hoy sueñan con lograr becas, que se esfuercen intelectualmente, que busquen y que no se rindan porque todo es posible si de verdad se lo proponen.

Recuerden: “Uno hace que las cosas pasen”.

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